sábado, 12 de marzo de 2011

"La Búsqueda del Santo Porrón" Parte 2.

Bernardo y el gato Mario atravesaban cansinamente las praderas despobladas. Realmente hacía mucho frío y no tenían con que guarecerse desde que el posadero pensó que era mejor cambiar sus abrigos de piel de oveja por una Quilmes edición 120 años.
-          Vos no entendés – había dicho Bernardo con ojos brillantes. Para el gordo esas cosas eran tan importantes como para Mario aparecer en el lugar preciso en el momento preciso.
Pronto, con sus extremidades casi congeladas, su humor se volvió huraño y para despejarse un poco entablaron conversación sobre los temas que concernían a la época.
-Si igual, ahora viste que a Poncio Pilato lo quieren destituir del cargo por que gasta el dinero de los impuestos en jabones y además consume agua en grandes cantidades, es una pérdida para Roma.
-Si, me enteré, perooo…. ¿que carajo tiene que ver con lo que veníamos hablando del Barça?
Mientras discutían, ajenos a lo que sucedía a su alrededor, hizo aparición un personaje de fachada mística pero carente total de inteligencia y  reflejos dignos de un ladrillo. Se hizo llamar a si mismo el mago Guillermo.
-Ahh! Mago…paraaa….-exclamó Marito.
- ¿Que necesitas?- lo increpó Bernardo elevando ligeramente el mentón.
-Estoy buscando….- contestó el mago Guillermo.
-¿Que estás buscando?-preguntó Marito algo molesto con la presencia física de ese error de la naturaleza.
- Todavía no lo sé, no estoy muy seguro. Solamente se que lo estoy buscando…- respondió Guillermo, sonriendo satisfecho con lo que había dicho.
Pensó a si mismo que crearía un ambiente de intriga lo suficientemente fuerte como para que su figura resulte interesante.
- Ajam….que bueno… Nosotros también buscamos algo y no tenemos tiempo que perder. Así que… ¿por que no te despedís con una bomba de humo ya que sos mago? - preguntó Bernardo deseando con todas sus fuerzas que le ocurriera lo mismo que a Jeff.
-Eeeh….está bien- contestó el mago de recursos limitados. Pero antes tengo una pregunta que hacerles... Si un árbol se cae en el bosque y no hay nadie par….
Una fuerte explosión repentina ocasionó que todos dieran de bruces contra el suelo.
Cuando se levantaron se encontraba ante ellos un hombre vestido con un sobretodo oscuro y un sombrero de copa. Su rostro era amable pero denotaba urgencia.
-          Tengo un paquete para… ¿Bernardo? ¿Puede ser?
El posadero se levantó raudamente y tomó con impaciencia el paquete para destrozarlo con violencia.
En su interior encontró un porrón Palermo con una nota garabateada en finos trazos. Comenzó a leer.
“Alguna zanja de algún lugar. 24 de Julio de 1885. Bernardo. Soy yo. Bernardo. O sea vos. Es decir que yo soy vos o quizás como estoy en el futuro y vos en el pasado podríamos decir que vos fuiste yo en tiempo y espacio. Pero me sorprende como alguien de tu (mi) limitada inteligencia puede llegar a concebir algo así.
Bernardo, no hay tiempo. Un suceso inesperado cambió el curso de los acontecimientos. Es de vital importancia que cumplas con tu misión y se restablezca las condiciones normales del espacio-tiempo. Vas a encontrar mas pistas en el campo de alcohólicos anónimos. Con afecto, yo (vos).
PD: Te adjunto una buena cerveza que podés implementar en la taberna. Ya se que va en contra de tus principios pero está cerveza es sana. Que el Santo Porrón te emborrache. Nema.”
-          ¡Asombroso! – se fascinó Bernardo. En el futuro voy a ser más inteligente.
-          Las brechas producidas en el espacio-tiempo generalmente hayan su razón de ser en algún augurio sideral predeterminado por los dioses – agregó Marito meditabundo.
Bernardo se lo quedó mirando en silencio con cara de no entender.
-          Es decir que todo sucede por un motivo – explicó el gato.
Bernardo no modificó su expresión.
-          ¿Cosas que nos suceden por el sólo hecho de vivir? – intentó una vez más explicar.
-          … -.
Con un bufido de frustración el gato extrajo dos cervezas. Con la boca arrancó de cuajo el pico de un porrón, lo escupió y acto seguido derramó el contenido en la cabeza de Bernardo mientras saboreaba el porrón restante.
-          Aaaah, podría significar esto, que el punto en el tiempo contiene intrínsecamente el significado cósmico de algún tipo. Casi como si fueran el punto de empalme para a quien corresponda su espacio-tiempo. Por otro lado, puede ser una coincidencia asombrosa – entendió finalmente Bernardo.
Obviamente dada la confusión el mago Guillermo se fue de la mano con el señor del correo proveniente del futuro. Ninguno de los dos amigos hizo preguntas. Pero cuando vieron que a lo lejos mutuamente se acariciaban el trasero cruzaron una mirada llena de perturbación.
-          ¿Todos los magos son así? ¿O es sólo éste que tiene problemas mentales avanzados? – se preocupó Bernardo.
-¿Deseas saber la aterradora verdad o prefieres verme bailar como Michael Jackson?- respondió Marito.
La confusión se apodero completamente de Bernardo. Aunque decidió no hacer mas comentarios por el resto del día.
Ya anochecía. Luego de discutir acerca del lugar donde armarían la carpa se dieron cuenta de que no poseían una, por lo que decidieron dormir arriba de un secuoya.
 Se despertaron cuando abrieron los ojos, y luego de hacer buches con oral B, partieron a cumplir su misión.
No estaban muy lejos de su destino, pero una impaciente sensación de premura se apoderó de Bernardo.
Caminaron dos horas con el soundtrack  “Dos Pasitos” de DJ Marito hasta arribar a una gran extensión poblada. Pudieron leer en el cartel de entrada al recinto “Bienvenidos al valle de los alcohólicos anónimos”. Y no pudieron reprimir una estúpida sonrisa al leer su slogan. “O te curás… o no”.
¡Llegamos!- gritó Bernardo mientras dejaba salir un moco de su boca envuelto en saliva.
Caminaron cuesta arriba por una lomada y efectivamente lograron ver que era un valle el cual estaba lleno de gente que empuñaba furiosamente… diversas bebidas alcohólicas en sus manos.
Encararon al primero que se le cruzó.
-¡Hola! ¿Quién sos?- preguntó Marito.
Me llamo Gustavo y soy alcohólico- dijo sin considerar seriamente sus palabras
¡¡¡¡IDIOTAAAA!!!!...¡¡¡SE SUPONE QUE SOS ANÓNIMO!!!- le gritó un compatriota que se hallaba a unos metros.
-          ¡Callate Juan! ¡vos también sos alcohólico! – respondió tratando de imponer respeto, cosa de la cual estaba muy lejos.
Bernardo no quería entrometerse en disputas para no perder tiempo. Decidió alejarse de la escena arrastrando de los pelos a Mario, a quien le encantaban este tipo de peleas ya que era donde podía hacer uso de la fuerza extrema de la que era dueño: su devastadora sonrisa gatuna.
Por suerte encontró una sucursal del Sindicato de Cerveceros Israelitas e ingresó rápidamente.
-          Acá nos van a ayudar – le comentó a Marito. Labure mucho con estos tipos, me quieren bastante después de trabajar durante años días enteros para que podamos fortalecer el sindicato.
Ni bien hubo abierto la puerta que sus compañeros de gremio ya lo había identificado.
-          ¡Oooh! ¡Mirá! ¡Es Bernardo! – dijo sorprendido un individuo barbudo.
-          ¡Si! – acotó otro. ¿Qué pasa Bernardo? ¿Es 29 de Febrero que caen todos los ñoquis?
Bernardo se sonrojó al quedar en evidencia ante su amigo felino.
-          ¿Qué capo eh?- dijo el gato sonriendo con malicia.
Fue lo último que escuchó Bernardo cuando un fuerte golpe en la nuca lo dejó inconsciente…

Continuará…

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